lunes, 28 de septiembre de 2009

Un nuevo clásico y la misma historia

Se volvió a re editar otra edición del segundo gran clásico del futbol argentino. El Clásico de Avellaneda. Racing e Independiente. Independiente y Racing. El escenario era el Cilindro celeste y blanco.
La previa venía picante. Técnicos que cruzaban entre dichos de tácticas y técnicas y chicanas. Presidentes que se peleaban por la cantidad de entradas visitantes, y que se cruzaban en dichos sobre la convocatoria de su archi rival. Todo el color que requería un clásico de esta envergadura estaba garantizado.
A todo esto hay que sumarle dos tribunas que sienten y palpitan el amor por sus colores. Racing (que era el equipo local) armó la fiesta con un recibimiento, que a mi parecer, habrá sido el mejor que haya visto en mi carrera de comentarista. Lluvia de papelitos celestes y blancos y cintas blancas que pintaron el campo de juego. Sin embargo, al final festejaron las 5.500 personas rojas que coparon la popular visitante.



Luego de una demora de aproximadamente un cuarto de hora Laverni dio inicio al clásico numero 173. E Independiente se acomodó rápido y pegó primero. Corrían dos minutos cuando Busse se escapó por derecha y lanzó la pelota al área para que Silvera la dejara pasar y Gandin la enganche de volea para estampar el 1-0. El estadio pasó de la locura y la exaltación al nerviosismo y la intranquilidad.
Independiente se relajo y espero los arrebatos de Racing que nunca llegaron. Lo más claro del equipo de Caruso fue un cabezazo de Cáceres que se estrelló en el travesaño. Y nada más. El rojo llegó a su segunda conquista, luego de errar varios contraataques, a través de una coreajada de Mareque que disparó de media distancia, tomó el rebote y jugó una pared con Gandin. Aveldaño lo cruzó. Penal dijo Laverni. Gandin no perdonó y a festejar otra vez. El último cuarto de hora Independiente lo jugó de contra y con muchísimas chances para cerrar el encuentro. Pero no lo pudo hacer.
El segundo tiempo encontró una reacción rápida de Racing que parecía ser un futuro venturoso para el conjunto de Caruso. Corrida de Grazini por derecha, centro pasado y cabezazo de Ledesma para descontar. Amago ser un ciclón y fue una brisa de verano. Los cambios no ayudaron mucho y el partido lo manejó el rojo. Racing apostaba a los centros pero siempre encontraban una cabeza visitante en el área. Y así se esfumó el partido.



Racing es una sombra del equipo que cerró el Clausura anterior. Nunca supo como reemplazar a Zuculini, Yacob, Sosa y Migliore en cuanto a la voz de mando y el peso grupal que tenían. Está todo muy cuesta arriba pero el técnico parece confiado en poder revertir la situación. Independiente salió humilde y con perfil bajo y lo terminó festejando. Quizás ya este acostumbrado a ganarle a su clásico rival, al cual le sacó veinte partidos de ventaja. Por eso decimos, una nueva edición, una nueva fecha, un nuevo partido, pero al final, lo mismo de siempre, el triunfo de Independiente.

1 comentario:

Brenda dijo...

Mirá...la verdad que el rojo apesta, huele mal, se ve mal, y no los banco...en dos palabras: Los odio.
Jajaja
y bue, sangre celeste y blanca papá!!!!

Pero a vos te quiero y te banco a muerte MI JULS.
La Editora.